Con sus coloridas casas apiñadas, sus pintorescas calles, sus soportales y sus artesanos, Biot, un auténtico pueblo entre Antibes y Cagnes-sur-Mer, es una de las paradas obligadas en un paseo por el interior. Desde lo alto de este promontorio que domina la llanura hasta el mar, se puede descubrir la belleza del Mediterráneo, pero Biot tiene mucho más que ofrecer. Entre historia y artesanía, descubramos este rincón del paraíso.
Un poco de historia
Rodeada de verdes colinas donde florecen mimosas y olivos, la visita al pueblo de Biot comienza con dos vestigios aún visibles, la puerta de Tines construida en 1565 y la puerta de Migraniers que data de 1566.
Un paseo por el centro del pueblo basta para comprender que la historia es larga. La rectangular Place des Arcades es testigo de este glorioso pasado. En 1209, la orden templaria estableció una de las mayores comandancias de la Provenza. La orden permaneció allí hasta que fue arrestada, momento en el que sus bienes fueron entregados a los Caballeros de Malta.
En las inestables calles adoquinadas donde las piedras y los guijarros están colocados de canto rodado, las referencias a la Edad Media están por todas partes. La rue la Vieille Boucherie, la rue de la Poissonnerie y la rue des Orfèvres siguen siendo testigos de la organización de los oficios de la época.
En el siglo XIV, la peste negra y el hambre vaciaron literalmente Biot de su población. La repoblación comenzó gradualmente a partir de 1470 gracias a los habitantes que llegaron del otro lado, de Liguria en Italia.
Pase por la oficina de turismo. Allí encontrará folletos documentados en formato papel que le permitirán visitar Biot temáticamente: el sendero histórico, el sendero geológico, el sendero de los vidrieros y el sendero de la artesanía.
Una obra excepcional
Desde los años 50, el pueblo de Biot se dedica por completo al arte, gracias al trabajo de excepcionales artesanos especializados en el vidrio soplado, cuya producción es conocida en todo el mundo.
Si piensa que el arte de la vidriería se basa únicamente en la transparencia, se equivoca. En Biot, es todo lo contrario y esta particularidad ha permitido a los maestros vidrieros distinguirse. El vidrio burbuja nació de un defecto de refinado, un error que cambiaría para siempre el destino del pueblo. Con el paso de los años, la técnica mejoró y los vidrieros de Biot aprendieron a controlar las burbujas de aire atrapadas en el vidrio grueso espolvoreando bicarbonato de sodio sobre el vidrio caliente durante el proceso de moldeado.
En la actualidad, varios talleres de vidrio se reparten la tarea de producir copas, jarras, vasos y aceiteras, cada uno con su propia personalidad. Además de las visitas gratuitas o guiadas, el Ecomuseo del Vidrio de Biot ofrece demostraciones y cursos para quienes deseen probar suerte en el soplado de vidrio.
Como el pueblo ha sido galardonado con la etiqueta «ville des métiers d’art», encontrará tiendas y galerías a ambos lados de la calle principal, así como en el laberinto de callejuelas llenas de flores… Abra las puertas de par en par y embárquese en una experiencia de compras creativa y sensible.
Una visita al Museo
Situado al pie del pueblo, el Museo Fernand Léger está dedicado a las obras del artista, que fue pintor, ceramista, vitralista, decorador, escultor, dibujante e ilustrador. En 1955, Fernand Léger compró un terreno agrícola en Biot y encargó al arquitecto ruso André Svetchine la construcción de un edificio en medio de un jardín mediterráneo. El museo, restaurado en 1969, contiene 300 obras, entre ellas un mosaico de vidrio que cubre 400 m2 de la fachada, destinado originalmente al estadio de Hannover, en Alemania. El vestíbulo del museo está ocupado por una vidriera monumental de 9 m2.
Paseo por el parque de Praga
Entre Biot y Antibes, el parque de Brague, situado en una meseta calcárea, es un auténtico oasis de frescor a sólo unos kilómetros del mar. En el valle, el paseo de 9 kilómetros, accesible a todos, sigue el curso del río Brague, un sendero bordeado de alisos, fresnos, carpes y nogales. En la colina, el sendero ofrece un descubrimiento de la vegetación mediterránea compuesta por pinares, matorrales donde se mezclan el aroma de la jara, el mirto y el romero.
Un chófer privado para llevarle a Biot
¿Qué le parece pasar un día en Biot, visitar el pueblo, practicar el soplado de vidrio, admirar la obra de Fernand Léger, ir de compras y pasear por el parque de Brague todo el tiempo que quiera sin tener que preocuparse por encontrar un sitio?
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